Rincones del Atlántico


EDITORIAL

Queridos lectores: creemos que la aparición de esta publicación que tienen en sus manos, responde a un deseo común acariciado desde hace tiempo por muchos de nosotros. Por ello, vamos a comenzar rindiendo un pequeño homenaje a una vieja y querida publicación, La Revista de Canarias, que vio la luz el mismo día que Rincones, un 8 de Diciembre, pero de 1878, hace ahora 125 años. Para ello reproducimos algunos fragmentos del texto con que se dirigió a los lectores su director, palabras que siguen vigentes y que también hacemos nuestras: “¿Extrañará a nuestros paisanos la aparición de esta revista? No lo creemos. Responde a una necesidad y tiende a llenar un deseo expresado frecuentemente (...) provocar interés por nuestras cosas, hacer ver lo que somos bajo puntos de vista a que no solemos dar importancia(...) no va a ser la obra de un individuo, ni de un grupo, va a ser la obra de todos. Queremos que en los límites indicados pueda ser la expresión de nuestro país, de lo que éste es en la actualidad y de lo que puede ser. (...)nos dirigimos a nuestros paisanos y solicitamos sin excepciones, su cooperación y su ayuda (...) De no tener la seguridad de ese apoyo no hubiéramos intentado nuestra empresa...”

Creemos que son muchas las afinidades con quienes hacían La Revista de Canarias: Elías Zerolo, los hermanos Nicolás y Patricio Estévanez, Sabino Berthelot, Víctor Pérez, y otros muchos de quienes hablaremos y publicaremos algunos de sus escritos en nuestros próximos números; así mismo el Dr. Chil y Naranjo, Francisco González Díaz, “el apóstol del arbolado”, con Antonio Lugo, otro gran enamorado de los árboles y el campo, a quién hacemos un pequeño homenaje en esta revista y en la próxima, con José de Viera y Clavijo, otro gran amante de las plantas y la agricultura, uno de los primeros ecologistas de Canarias, hombre avanzado a su época de quien reproducimos un bellísimo texto de su Diccionario de Historia Natural; y sobre todo, con tantos canarios sensibles, la mayoría de ellos anónimos, que defendieron desde su tribuna o desde su pequeño rincón personal el amor y el respeto a esta tierra, aquellos que no sólo con las ideas y la palabra, sino con la experiencia, el ingenio y sus manos supieron amarla y trabajarla, cuidando su paisaje, plantando árboles y haciendo una arquitectura y una agricultura compatibles con el medio ambiente.

Recoger lo bueno de la inmensa experiencia del pasado y aprender de los aciertos y los errores de nuestros predecesores, nos ayudará a plantar la buena semilla para que nuestros hijos puedan luego recogerla y plantarla de nuevo, y éstos puedan obtenerla también para los suyos, nuestros nietos. Eso mismo planteaba nuestro querido paisano, el antes nombrado Francisco González Díaz: “Sembremos semillas y sembremos ideas. De las primeras, algunas quedarán; de las segundas, permanecerán siempre las buenas”. Nada material nos podremos llevar cuando nos vayamos, y solo lo correcto y hermoso que hagamos es lo que nos agradecerán y lo que permanecerá en la memoria de nuestros descendientes.

Como es lógico, unos artículos interesarán a unos lectores más que a otros, podremos o no compartir las ideas de sus autores, pero sí les aseguramos queridos amigos y amigas que todo este esfuerzo ha sido hecho con la mejor voluntad, e intentamos mostrarlo de la mejor manera que sabemos y podemos hacerlo, buscando siempre que sean el corazón y el sentido común quienes nos guíen. Y sepan también que ésta es la revista de todos y todas, porque nuestra idea principal es que se convierta en un foro abierto entre los que amamos esta tierra, su gente y su paisaje, y por lo tanto, a toda la Tierra, a todas las gentes y a todos los paisajes. Muchas serán las ausencias (ya habrá sitio en los próximos) y también los errores de este primer número, pero de ellos aprenderemos para mejorar los siguientes. Decía el poeta universal Rabindranath Tagore “Si cierras la puerta a todos los errores, dejarás fuera la verdad”.

Rincones no es una revista al uso aunque materialmente lo sea, (una en papel y otra en formato digital), Rincones es un sueño, un sentimiento, una idea, que impregna lo mas profundo de muchos hombres y mujeres que vivimos en estos Rincones del Atlántico. El amor a esta hermosa tierra, de naturaleza única e inigualable clima, y el sano orgullo que por ella sentimos, nunca había sufrido tanto agravio, como en estos últimos años en que estamos asistiendo impotentes al rápido deterioro de nuestro bien más preciado. En muchos casos por ignorancia y en la mayoría de ellos por el inagotable afán de lucro de unos pocos. Deterioro muchas veces remediable y prescindible que se hace a costa de la desaparición de un bien público que ni siquiera es nuestro, porque pertenece a nuestros hijos y de igual manera a toda la humanidad. Un bien, nuestra tierra, nuestro paisaje, del que siempre ha dependido la vida de sus habitantes, con la agricultura, la ganadería y hoy en día con el “último monocultivo” de nuestras Islas: el turismo. Si no frenamos el impacto ambiental y la presión urbanística que éste produce, y permitimos que por su mala planificación y control, siga devorándolo todo, terminará con seguridad devorándose a sí mismo y a nosotros con él. Pues entre otras cosas, algo tan fundamental como mejorar la autosuficiencia alimentaria, es un tema del que nunca se habla y que cada día que pasa se agrava más. Como dijo César Manrique hace casi veinte años: “... ya ha llegado el momento de parar.”

¡ No dejemos pasar ni uno más! A pesar del panorama, Rincones nace porque aún nos queda esperanza y creemos que el cambio es posible, y que en la conciencia de la mayoría de nosotros hay muy buenas intenciones y sentido común. Nuestro reto es que pongamos unos granitos de arena de buena voluntad y compromiso, y que desde una actitud humanista, positiva y constructiva, a través del conocimiento y la valorización de lo que tenemos, “pensando en el futuro, actuando en el presente, pero sin olvidar el pasado”*, podamos amar y proteger nuestra tierra. Estamos en un momento crucial, donde la conservación de los paisajes agrarios y también de algunas de nuestras costas está en grave peligro, amenazando la sostenibilidad acumulada durante siglos. Ahora es el momento de aportar soluciones reales que ayuden a mejorar nuestro entorno, apoyar, diversificar, y dinamizar nuestros campos y paisajes de una manera consciente, inteligente, hermosa, solidaria, ecológica y socialmente perdurable, potenciando el apoyo mutuo y la participación de todas las personas.

Y para terminar con quien empezamos, recuperamos las palabras del Dr. Julio Yanes en las que califica a la Revista de Canarias como: “Ambicioso y afortunado proyecto editorial”. Guardando las distancias con la que fue una de las mejores publicaciones periódicas de las Islas, sabemos que el primer adjetivo lo cumplimos con creces, y para que este no nos supere y el segundo también pueda cumplirse, contamos con ustedes queridos lectores para que la difundan y participen en este nuevo proyecto, el cual con el esfuerzo y la voluntad de todos, podrá hacerse realidad y cumplir sus objetivos. Aquí comenzamos la difícil y también maravillosa aventura, el viaje a estas islas de abundantes tesoros, tesoros que están mas cerca de lo que pensamos, algunos desconocidos para muchos de nosotros, tesoros que debemos proteger para que no nos los destruyan y desaparezcan para siempre. Que no puedan decir nuestros descendientes que echamos a perder en poco tiempo haciéndolo desaparecer definitivamente lo que la naturaleza tanto tardó en modelar. Que por unas monedas perdimos el alma y sucumbimos sin dignidad.

* Lúcida frase que puede resumir la idea que impregna Rincones, del libro: CANARIAS Economía, ecología y medio ambiente. Varios autores. (Francisco Lemus editor. La Laguna, 1994)


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ARQUITECTURA TRADICIONAL    REHABILITACIÓN    BIOCONSTRUCCIÓN    ÁRBOLES    JARDINES
FLORA CANARIA    PATRIMONIO NATURAL    DEL ATLÁNTICO    CONOCER NUESTRO PASADO
ARTE Y PAISAJE    LETRAS Y NATURALEZA    OPINIÓN    AGRICULTURA ECOLÓGICA Y TRADICIONAL