Rincones del Atlántico

Los perales de Viera
Perales tradicionales de Canarias




“[...] Tenemos una prodigiosa variedad de peras: la perita monciña, la sanjuanera, la cermeña, la bergamota, la moscatel, la calabazate, la pierna de monja, la colorada, la parda, la pera real, la pera reina, la pera manteca, la pera higo, la pera pan o paneta, la pera de invierno, la pera agua-chenta, la pera buencristiano [...]”

.José de Viera y Clavijo



Antonio Javier González Díaz
Ingeniero Técnico Agrícola del Cabildo de La Palma
Fotos: Antonio Javier González Díaz - Elías González San Juan - Rincones - CAP - CCBAT


Los perales de Canarias en las fuentes documentales
La introducción del cultivo del peral en Canarias fue temprana, tras la incorporación a la Corona de Castilla. La gran adaptación de los perales a los distintos suelos y ambientes de las islas, y las diversas formas de consumir su fruta (en fresco, secas, en potajes, almibaradas, etc.), hicieron que las peras se convirtieran pronto en una de las frutas más cultivadas, consumidas y apreciadas en las islas. Desde un principio los perales no sólo ocuparon los bordes de los huertos que se dedicaban al cultivo de cereales o leguminosas, sino que también se establecieron como cultivos principales, como queda reflejado en un protocolo de D. Domingo Pérez (Hernández Martín, 2000), escribano público de Santa Cruz de La Palma, en el que es testigo de un poder, fechado el 17 de octubre de 1556, para vender unos terrenos en Telde (Gran Canaria):


Detalles de etiquetas de latas de conserva, de los Poggio-Lugo.
Esta familia tenía fábricas de conserva de fruta en Santa Cruz de La Palma y La Galga (Puntallana)


“[…] 2 suertes de tierra plantada de perales, con su agua, que tiene en el […] de Telde […]”.

El temprano desarrollo del cultivo de los perales seguramente fue mayor en las islas cuya economía se basó en la producción de azúcar de caña nada más ser conquistadas. Junto al azúcar fueron algunas frutas y verduras, como las peras, las calabazas o los membrillos, los componentes principales de las conservas elaboradas por los confiteros de la época.

En islas como La Palma la elaboración de conservas de pera debió de alcanzar cierta importancia durante el siglo XVI, ya que, junto a las exportaciones principales de vino o azúcar, aparecen envíos a lugares como Santo Domingo o Nueva España, tal y como hizo constar el escribano D. Domingo Pérez en protocolos fechados en 1561 y 1565 (Hernández Martín, 2005):

“[…] 126 cajas de perada y membrillada de azúcar […] Estas mercaderías se consignaron a Cristóbal y en su ausencia a Juan López de Velasco, vº de la ciudad de Santo Domingo de la Isla Española, para donde se han de navegar [...]”.

Conocimiento que otorga Francisco de Vargas, capitán y señor de la […] San Juan Bautista, est. Dice que recibió y tiene cargado en dicha nao, debajo de cubierta de ella, de Benito Cortés de Estupiñán, vº., presente 42 barriletes de conservas de pera que van en 2 cajones [...] Prometió y se obligó llevar la carga a Nueva España [...]”.

También, D. José Pérez Vidal (1950) menciona que en los Siglos de Oro no era el vino malvasía el único producto canario buscado y apetecido, pues los dulces y las conservas almibaradas se introdujeron en los mercados más escrupulosos y selectos, ya que la abundancia de azúcar y sabrosas frutas aseguró a Canarias un puesto ventajoso en la confitería española, compitiendo los “pipotes isleños” (barriles de frutas almibaradas) con otras golosinas españolas del momento.

Una de las menciones más tempranas sobre la existencia de variedades de pera la encontramos en el relato realizado por el clérigo azoriano Gaspar Frutuoso (2004) durante su visita a La Palma en la década de los 60 del siglo XVI. Tanto al describir los alrededores de Santa Cruz de La Palma como al pasar por el actual municipio de Puntallana cita la presencia de ciertas “peras pardas”:


Peral sanjuanero e higuera en El Pinar, El Hierro


“[…] todos estos valles y barrancos están llenos no sólo de viñas tempranas, sino de frutales de toda clase de agrios, de granadas, de peras pardas y de muchos otros [...]”.

Tiene este lugar una gran fuente y hay en el municipio árboles frutales, especialmente peras pardas [...]”.

Sin lugar a dudas, en las fuentes documentales de las islas se “guarda” un gran número de nombres de variedades de peras que están esperando “salir a la luz”. Como simple ejemplo, cabe reseñar las notas que envía D. Silvestre Izquierdo, mayordomo de la Hacienda de Las Palmas de Anaga (Tenerife), al “amo” de dicha hacienda D. Juan Bautista de Castro, el 3 de noviembre de 1769, donde menciona dos tipos de variedades de peras: la de buen cristiano y la parda (Hernández, 2003):

“[…] lleva mi antonio 6 dosenas de peras de buen christiano de las quales son una dosena delomo de la palma q. manda tio perera y los otras sinco dosenas son de la cañada de lo q. hase mi compadre Salvador y los demas q. ban pardas son las q. degaron en la breña [...]”.

Hernández (2003) reproduce igualmente una carta, remitida en febrero de 1777 por D. Silvestre Izquierdo a D. Juan Bautista de Castro, en la que menciona el envío de unas púas de perales que éste le había encargado, y en ella menciona otro tipo de variedad de peras, la española, además de las ya citadas de buen cristiano y parda.

“[...] ban las puas españolas y de buen christiano y las pardas le encargo la cogan en taganana q. son de mui buena casta [...] las puas de buen Christiano ban atadas con una jebra de hilado y las españolas ban sueltas y enbueltas en unas hojas de col [...]”.



Sobre las peras reales hemos podido recoger una cita en un informe de 1850 que el ayuntamiento de Guía (Gran Canaria) emite en contestación a las preguntas hechas por el Sr. Comisionado Regio para la inspección de la agricultura D. Francisco María de León y Falcón, preguntas publicadas en el Boletín oficial de la provincia de Canarias nº 82, del 9 de julio de 1849 (Domínguez et al., 2005):

“[…] Las demas clases de fruta de todas producen medianamente ecepto los perales de la clase de reales que tambien se puede decir que no dan fruto y por ellos es que son muy raros [...]”.

En la Memoria histórica y oficial de la Exposición Provincial de Canarias de Agricultura, Industria y Artes celebrada en las Casas Consistoriales de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 1862 (1864), en la Clase X, Frutas, se recoge la presencia de peras sanjuaneras, de invierno y codernas en diversos expositores de Gran Canaria.

Para Gran Canaria también hemos encontrado, fechada en 1875, la mención de otra variedad, la pera de San Juan, como pera temprana, en el Tomo I del Diario cronológico histórico de los sucesos elementales, políticos e históricos de esta isla de Gran Canaria (1780-1814), de D. Isidoro Romero y Ceballos (2002):

La primavera ha sido sumamente seca y calurosa, despejada y libre de aquellos densos nublados a que regularmente está sujeta, de suerte que ha devido reputarse por un regular berano, sin envargo de lo que se ha gosado generalmente de salud, y los árboles frutales con el favor del calor y la falta de eladas vengaron mui bien sus frutos, de suerte que ha avido abundansia de brevas, peras de San Juan, sirgüelas, sandías, melocontones y damascos, y tanta de las peras de todas especies que no podían resistir el peso de los mismos árboles [...]”.

Pero es, sin lugar a dudas, D. José de Viera y Clavijo (1866-1869), en su Diccionario de historia natural de las islas Canarias, cuya conclusión se piensa que tuvo lugar en los primeros años del siglo XIX, el que nos ha aportado la información mas valiosa, al nombrar 17 tipos distintos de peras: monciña, sanjuanera, cermeña, bergamota, moscatel, calabazate, pierna de monja, colorada, parda, real, reina, manteca, higo, pan o paneta, de invierno, aguachenta y buencristiano.

Viera, en su Diccionario, recoge más nombres de variedades de perales que de cualquier otro cultivo, incluida la viña. Esto nos confirma, sin lugar a dudas, la importancia del cultivo del peral en Canarias, al menos en el tránsito del siglo XVIII al XIX.

Además, resta indicar que esta obra recoge, junto a la voz peral, las voces de tres variedades, la bergamota, la calabazate y el peral cermeño, seguramente debido a la importancia destacada de dichas “castas’’ de frutas en esa época.

Por último, cabe mencionar que hemos podido conseguir la referencia de otra denominación, la pera infanta, en etiquetas de frutas en conserva de las fábricas que F. Poggio Lugo tuvo en La Galga (Puntallana) y Santa Cruz de La Palma hasta mediados del siglo XX.

Los perales tradicionales de Canarias en las fuentes orales
En la actualidad, las denominaciones populares aún empleadas por los agricultores en Canarias para referirse a las distintas variedades de perales cultivadas tradicionalmente son numerosas. Algunos de los nombres usados son exclusivos de una isla, pero otros se emplean en varias. Al final del artículo, exponemos los nombres dados en nuestros campos a las diferentes variedades de peras presentes desde antiguo en Canarias, que hemos podido obtener de los trabajos etnobotánicos y fitonímicos que se han venido realizando en los últimos años en las islas. Desafortunadamente, los datos correspondientes a las islas de Gran Canaria y Fuerteventura son ciertamente escasos y han sido aportados por muy pocos informantes.

Los perales de las fuentes documentales y su pervivencia en las fuentes orales
De todos los nombres de perales que hemos podido hallar en las fuentes documentales, sólo las peras españolas, las codernas y las infantas no son mencionadas por Viera. Mientras que los dos primeros nombres se han podido recoger en las fuentes orales, en Tenerife, como peras española y codornia (Jaime Gil et al., 1999), sobre la pera infanta no hemos podido conseguir ninguna referencia oral.

A continuación presentamos un cuadro en el que se refleja la pervivencia en la actualidad, en las distintas islas, de los nombres de las variedades de peras recogidas por Viera, a principios del siglo XIX, en su Diccionario de historia natural de las islas Canarias (1866-1869). Como se puede observar, la pervivencia en las distintas islas de los nombres empleados por Viera es grande pero desigual. Mientras variedades como la sanjuanera, la manteca, la calabazate, la pan o la de agua están muy extendidas por las islas, otras como la reina o la colorada sólo permanecen en una de ellas. Sobre las “castas’’ buencristiano, monciña, y moscatel no hemos podido encontrar ninguna referencia en las fuentes orales.

[Descargar cuadro en formato PDF]

Importancia de las fuentes documentales como herramienta para planificar futuros estudios
Las mismas indicaciones que dan Gil et al. (en prensa) en Early records of Ficus carica diversity in Canary islands and its permanence as local names until recent times, para el caso de las higueras, se pueden aplicar para los perales. Es decir, la pervivencia en la actualidad de gran parte de los nombres hallados en los archivos y en la bibliografía, y que fueron empleados siglos atrás para designar las distintas variedades de perales, nos permite considerar el estudio de las fuentes documentales como una herramienta útil a la hora de planificar con criterio futuras labores de recolección y estudio de los perales tradicionales de Canarias.?

Sobre esta líneas, a la izquierda: Pera pierna monja. A la derecha: Pera reina


PDF: Denominaciones populares en Canarias para nombrar la diversidad de peras presentes en sus campos.

Bibliografía consultada
  1. DOMÍNGUEZ, J., MORENO, C.J. y GINÉS, C. Agricultura y paisaje en Canarias: la perspectiva de Francisco María de León y Falcón. Las Palmas de Gran Canaria: Anroart, 2005, p. 510.
  2. FRUTUOSO, G. Descripción de las islas Canarias: capítulos IX al XX del Libro I de Saudades da Terra. La Laguna: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2004, pp. 140 y 145.
  3. GIL GONZÁLEZ, J. Apuntes acerca de las especies y variedades de plantas tradicionalmente cultivadas en la isla de El Hierro. 1998. [Inédito].
  4. GIL GONZÁLEZ, J. Los cultivos tradicionales de Lanzarote. Los granos: diversidad y ecología. Arrecife de Lanzarote: Cabildo Insular de Lanzarote, 2005, pp. 194-195.
  5. GIL, J., BETHENCOURT, F. J., CASTRO, N., GONZÁLEZ, A. J., LÓPEZ, A. y LORENZO, R. Inventario de especies y variedades de plantas tradicionalmente cultivadas en la isla de La Palma. [En preparación].
  6. GIL, J., GONZÁLEZ, A.J., MORALES, J. y PERERA, J. Early records of Ficus carica diversity in Canary islands and its permanence as local names until recent times. III International Simposio on Fig. 2005. Vilamoura, Portugal. [E. p.].
  7. GIL, J., HERNÁNDEZ, M. y ÁLVAREZ, C.E. Inventario de especies y variedades de plantas cultivadas tradicionalmente en la isla de Tenerife. Tenerife: Instituto de Productos Naturales y Agrobiología, 1999. [Documento interno].
  8. GIL, J. y PEÑA, M. “Contribución al inventario de especies y variedades de plantas cultivadas tradicionalmente en la isla de El Hierro”. Tenique: revista de cultura popular canaria, 7 (2006), pp. 125-154.
  9. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, J.M. Cartas de medianeros de Tenerife (1769-1893). Islas Canarias: Academia Canaria de la Lengua, 2003, pp. 32 y 116.
  10. HERNÁNDEZ MARTÍN, L.A. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1554-1556). Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 2000, p. 335.
  11. HERNÁNDEZ MARTÍN, L.A. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1559-1567). Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias; Cabildo Insular de La Palma; Colegio Notarial de las Islas Canarias, 2005, pp. 201 y 303.
  12. MEMORIA histórica y oficial de la Exposición Provincial de Canarias de Agricultura, Industria y Artes, celebrada en las Casas Consistoriales de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 1862. Gran Canaria: Imprenta de Tomás B. Matos, 1864, pp. 56-57.
  13. PERERA LÓPEZ, J. La toponimia de La Gomera: un estudio sobre los nombres de lugar, las voces indígenas y los nombres de plantas, animales y hongos de la Gomera. [Recurso electrónico]. La Gomera: AIDER-La Gomera, 2005.
  14. PÉREZ VIDAL, J. “Las conservas almibaradas de las islas Canarias y las Azores”. Boletim do Instituto Histórico da Illha Terceira, nº 14 (1950).
  15. ROMERO Y CEBALLOS, I. Diario cronológico de los sucesos elementales, políticos e históricos de esta isla de Gran Canaria (1780-1814). Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, 2002, tomo I, p. 301.
  16. VIERA Y CLAVIJO, J. Diccionario de historia natural de las islas Canarias. Gran Canaria: Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas de Gran-Canaria, 1866-1869.


Pera Reina, Tajace. El HierroPera Parda, Los Galguitos. San Andrés y Sauces. La Palma
Pera bergamote, Amargavinos, Breña Baja, La PalmaPera manzana, La Palma
Pera cermeña, Topaciegas, Barlovento, La PalmaPera colorada, El Granel, Puntallana, La Palma
Pera tetilla, La PalmaPera añera, La Orotava, Tenerife


Agradecimientos
A Jaime Gil, sin cuyos trabajos y ayuda hubiese sido imposible escribir este artículo.
También queremos mostrar nuestra gratitud a Carlos E. Álvarez, Francisco Bethencourt, Luis Calvo, José del Castillo, Aranzazu Castro, Neftalí Castro, Milagros Concepción, José Corcuera, Cándido Falcón, Daniel Fernández, Elías González, Nidia Hernández, Norberto Hernández, Arnulio López, Manuel López, Ricardo Lorenzo, Alejandro Martín, Casto Martínez, Benito Ortiz, Marta Peña, José Perera, Manuel Poggio, Luis Regueira y Domingo Ríos.
Por último, nuestro agradecimiento al Centro de la Agrodiversidad de La Palma (CAP) del Excmo. Cabildo Insular de La Palma, al Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife (CCBAT) del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife y al Proyecto Interreg III-b Germobanco Agrícola de la Macaronesia.

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